domingo, 25 de diciembre de 2016

Galaroza en los tempranos 60


Extracto de textos de Josera (Zifra Ra) sobre un collage de postales de los años 60:

Foto 1.- Es anterior a 1963 pues no está el kiosco de Juan Manuel. En el centro a la derecha se aprecia el kiosco provisional de madera; En la parte inferior derecha podéis ver la furgoneta de José Antonio Ortega, una Vipper inglesa (con volante a la derecha) y caja de madera; os acordáis del logotipo “Chocolates Tucán” ; anteriormente la tuvo Rafael Vázquez (“Azucarina”) para repartir las cervezas El Águila. El que va en la Vespa (Lambreta) embocando la calle del Carmen, es mi suegro, Faustino García.

Foto 2.- La Avenida Ismael Gonzalez (el Carril o mejor “el Cenagal”). antes de que se cortasen los árboles, por cierto si os fijáis ya estaban esmochados. A la derecha la Fuente de la actual Glorieta la Rábida.

Foto 3.- La calle San Sebastián vista desde la droguería de Pablo el de Luis. En esta algo a destacar…la ausencia total de coches.

Foto 4 .- La plaza Enrique Ponce y la calle Huelva (antes Queipo de Llano). Ya está el Kiosco de Juan Manuel.

Queda terminantemente prohibida su reproducción y/o difusión por cualquier medio y/o soporte, si no se cita al autor…

Son tarjetas postales de la “casa Foto Fidel”, impresas en 1967 en Artes Gráficas Santa Fé, Cieza (Murcia)…y coloreadas a mano, por supuesto.


Escaneo de Eloy García
La actual Avenida de los Carpinteros fue una de las arterias principales del pueblo, ya que llevaba a vehículos y peatones desde la entrada por La Morera hasta el Cenagal, hoy Glorieta La Rábida.

En su día, el Carril, también llamado Avenida de Ismael González, estaba poblado a ambos lados de la vía por gigantescos olmos que daban sombra y vistosidad a la avenida.

Los edificios de la zona se dedicaban a almacenes de peros y frutas y a carpinterías.

Los daños que las raíces de los árboles hacían en las casas fue el detonante más importante para decidir su tala, allá por los años setenta.
Imagen de la construcción del Paseo de Venecia, en los primeros años treinta del siglo pasado. Su impulsor fue el Ayuntamiento republicano dirigido por Luís Navarro, curiosamente, el nombre que ahora lleva la plaza.

Vino a sustituir a un gran barrizal que se producía en la zona como consecuencia de la llegada de las aguas procedentes de la Fuente de Doce Caños y otros manantiales. La solución buscaba eliminar este punto de insalubridad en el pueblo.